jueves, 3 de junio de 2021

Capitulo 1.

Leo y Ofelia terminaron el 23 de junio por diferencias inexplicables. Sus similitudes eran muy evidentes, por eso me cuesta entender las diferencias que los separaron. Duraron un poco más de dos años: otoños hermosos, pero ningún verano. 

Se vieron por primera vez cuando coincidieron en la clase de una escuela de idiomas, pero nunca se presentaron. Cruzaron palabras, pero no fue en su idioma. Estudiaban en la misma universidad, se reconocían una que otra vez, pero ninguno se atrevió a hablarse. Ambos con miles de cosas en la cabeza que se callaban cuando uno pasaba al frente del otro.  Él pensaba: esa es la señorita que siempre tiene un libro de Wilde que parece una biblia. Ella pensaba: él es el chico que puede hablar de la muerte sin reparos. Cuando pasaba ese minuto de coincidencias, ambos seguían con sus vidas. 

Después de reconocerse por un año en la misma universidad, en la misma sala de estudios, en la misma librería “Libro viejo”, en las mismas exposiciones y hasta en las mismas marchas; ella tomó la iniciativa de hablarle. Lo vio mirando una pintura en la exposición temporal de los estudiantes de arte de su universidad. Se paró justo detrás de él, observando como él veía la pintura. Le preguntó qué le parecía. Él  bastante seguro de sí, dijo que se nota que la exposición es de estudiantes de primeros ciclos,  en especial el que tenía en frente. Ella lo tomó como un insulto a la pintura y algo de arrogancia por parte de él. Leo trató de volver a explicarse -Se nota por el ímpetu, todas las ganas de romper cosas, de la vehemencia de un artista, pero por falta de una técnica sólida esa vehemencia está esparcida y se pierde- Se quedaron hablando sobre la pintura durante varios minutos y otros temas extrapolados de la pintura, como si ambos supieran de lo que estaban hablando, como si fueran expertos en arte y otras cosas de las emociones  humanas, hasta que ella le reveló su nombre:

-Por cierto, mi nombre es Ofelia Bustamante, la autora de la pintura- Leo miró la descripción de la pintura, su rostro se descompuso por unos segundos. Se estaba sintiendo avergonzado. Habló dos horas como si conociera a la artista detrás del cuadro. Ofelia le sonrió. 

-No te preocupes, acertaste en un 50% sobre las cosas que me contaste sobre mí, pero me asustaste. Debo dejar de poner tanta información en mis cuadros- Hasta ese momento, nadie se había tomado la molestia de desmenuzar emocionalmente algún cuadro de Ofelia, ni a ella. Técnicamente, si, muchas veces. Pero desmenuzar las emociones que ella dejó el en cuadro era algo totalmente nuevo.

-Pero un artista hace eso, transmite. En el cuadro me transmitiste el 50% de lo que sentías. No dejes de hacerlo- le replicó Leo, observando aún la pintura.  

Ofelia tenía clase en unos minutos, se despidió y se alejó. Leo ya había perdido la única clase para la que fue ese día a la universidad; la vio alejarse, sin pedirle alguna forma de contactarla. La verdad, es que ella se había avergonzado por las cosas que Leo dijo sobre su cuadro y decidió escapar, siempre hacía eso cada vez que se sentía descubierta. 


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