viernes, 4 de junio de 2021

Capitulo 12.

 O: Es solo que a veces esa sensación regresa, como si estuvieras a punto de saltar a un abismo. Te has alejado tantas veces de ese mismo abismo y todos los caminos te devuelven a él, nuevamente, como si fuese inevitable, como si las personas que dijeron que acabarías saltando tuvieran razón. No sé desde cuándo, tal vez desde los 13. Ni siquiera sé cuál fue mi primera obsesión, mi primer corte, la primera cachetada que me di, ni la primera paranoia que tuve ¿El primer ataque de ira? No, tampoco lo recuerdo, solo recuerdo todos esos rostros a los que destruí, la culpa no desaparece. Estoy tan cansada de correr en contra del abismo que solo quiero descansar. Siento una gran atracción por saber que se siente dormir bien ¿Qué pasa si salto? He saltado antes, pero siempre hubo alguien que me hacía quedar, pero no quiero a alguien en mi vida para salvarme, quiero no regresar al abismo, quiero pensar una vida sin ver ese maldito abismo.

L: ...

O: Sí, ya lo sé, los existencialistas franceses tienen razón en decir que "somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros". Gracias por recordarme todas las cosas bonitas que hice en el pasado, no es una duda de mi fortaleza ¿sabes? es más algo de resistencia, de odios no cobrados que no es tan fácil dejar ir y que cuesta seguir llevándolos.

L: ...

O: Me gustaría ser todo eso que piensas de mí. Somos tan parecidos, pero tú tuviste una familia. A  veces me imagino otra yo- con adultos que la protegieran, es triste, lo sé, pero es el cuento que me cuento para poder dormir ¡Rayos! las cosas que haría esa tipa. Tal vez la mujer que crees que soy es esa versión mía sin todos esos problemas encima. 

L: ...

O: jajaja solo llego a artistoide, escribo cada vez menos, y nunca logro aprender a tocar un instrumento ¡vamos! que hasta en eso me ganas. Sí ya sé que no todo es competencia, pero aceptemos que no soy la mejor ni en aquello que realmente me gusta. A veces tengo toda la energía, a veces solo quiero desaparecer. 

L: Se que estas cansada. Quizás no seas todo lo que pienso de ti, quizás lo fuiste, quizás lo serás. Pero si has hecho de todas maneras todo lo que te he visto hacer. Has escrito todas las palabras que he leído de ti. Sé que cansa cargar una piedra enorme por mucho tiempo ¿Recuerdas al Sísifo feliz? pues yo creo que no siempre puede estarlo. No está mal descansar, no está mal no tener siempre respuestas. Ni si quiera debemos sentir temor o pena por no tener las palabras adecuadas que ofrecer, en momentos como estos, en los que quizás este abrazo sea lo mejor que te puedo dar.


[la abraza]

jueves, 3 de junio de 2021

Capitulo 1.

Leo y Ofelia terminaron el 23 de junio por diferencias inexplicables. Sus similitudes eran muy evidentes, por eso me cuesta entender las diferencias que los separaron. Duraron un poco más de dos años: otoños hermosos, pero ningún verano. 

Se vieron por primera vez cuando coincidieron en la clase de una escuela de idiomas, pero nunca se presentaron. Cruzaron palabras, pero no fue en su idioma. Estudiaban en la misma universidad, se reconocían una que otra vez, pero ninguno se atrevió a hablarse. Ambos con miles de cosas en la cabeza que se callaban cuando uno pasaba al frente del otro.  Él pensaba: esa es la señorita que siempre tiene un libro de Wilde que parece una biblia. Ella pensaba: él es el chico que puede hablar de la muerte sin reparos. Cuando pasaba ese minuto de coincidencias, ambos seguían con sus vidas. 

Después de reconocerse por un año en la misma universidad, en la misma sala de estudios, en la misma librería “Libro viejo”, en las mismas exposiciones y hasta en las mismas marchas; ella tomó la iniciativa de hablarle. Lo vio mirando una pintura en la exposición temporal de los estudiantes de arte de su universidad. Se paró justo detrás de él, observando como él veía la pintura. Le preguntó qué le parecía. Él  bastante seguro de sí, dijo que se nota que la exposición es de estudiantes de primeros ciclos,  en especial el que tenía en frente. Ella lo tomó como un insulto a la pintura y algo de arrogancia por parte de él. Leo trató de volver a explicarse -Se nota por el ímpetu, todas las ganas de romper cosas, de la vehemencia de un artista, pero por falta de una técnica sólida esa vehemencia está esparcida y se pierde- Se quedaron hablando sobre la pintura durante varios minutos y otros temas extrapolados de la pintura, como si ambos supieran de lo que estaban hablando, como si fueran expertos en arte y otras cosas de las emociones  humanas, hasta que ella le reveló su nombre:

-Por cierto, mi nombre es Ofelia Bustamante, la autora de la pintura- Leo miró la descripción de la pintura, su rostro se descompuso por unos segundos. Se estaba sintiendo avergonzado. Habló dos horas como si conociera a la artista detrás del cuadro. Ofelia le sonrió. 

-No te preocupes, acertaste en un 50% sobre las cosas que me contaste sobre mí, pero me asustaste. Debo dejar de poner tanta información en mis cuadros- Hasta ese momento, nadie se había tomado la molestia de desmenuzar emocionalmente algún cuadro de Ofelia, ni a ella. Técnicamente, si, muchas veces. Pero desmenuzar las emociones que ella dejó el en cuadro era algo totalmente nuevo.

-Pero un artista hace eso, transmite. En el cuadro me transmitiste el 50% de lo que sentías. No dejes de hacerlo- le replicó Leo, observando aún la pintura.  

Ofelia tenía clase en unos minutos, se despidió y se alejó. Leo ya había perdido la única clase para la que fue ese día a la universidad; la vio alejarse, sin pedirle alguna forma de contactarla. La verdad, es que ella se había avergonzado por las cosas que Leo dijo sobre su cuadro y decidió escapar, siempre hacía eso cada vez que se sentía descubierta. 


No fue una pesadilla

 E ntre pesadillas, alguien me perseguía, nuevamente yo huía sin saber bien quién era aún, temía que me hiciera lo peor, eso que ni a una mu...